En los últimos 30 años, numerosos estudios han asociado la fructosa con la epidemia de obesidad en EEUU, sin embargo, otros muchos concluyen que no ejerce ningún efecto sobre el peso", argumentan los autores en el artículo, publicado en 'Annals of Internal Medicine'. Ante tales discrepancias, agregan, "queríamos revisar los datos y comprobar el efecto que realmente tiene este azúcar en la báscula".
Seleccionaron 41 ensayos. En 31 de ellos, los participantes (637) seguían una dieta isocalórica, es decir, ingerían las calorías proporcionales a su peso. Estaban divididos en dos grupos: unos consumían fructosa y otros hidratos de carbono. Ninguno de ellos experimentó subida de peso.
En los 10 ensayos restantes (119 personas en total), los integrantes llevaban una dieta hipercalórica, unos a través de fructosa y otros con hidratos de carbono. El resultado: todos engordaron, lo que indica que "el exceso de calorías podría ser la razón del aumento de peso", no el hecho de que provengan de la fructosa, señalan los responsables de la revisión.
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