Se han diseñado varias, y algunas puesto en práctica con éxito, estrategas de luchas contra las plagas basadas en la liberación entre la población natural ejemplares que dificultan la reproducción de la especie hasta liquidarla. El último experimento consiste en hacer unos mosquitos transgénicos, de la especie que transmite el dengue, de manera que pueden reproducirse, pero sus crías morirán antes de alcanzar la madurez, de manera que se va reduciendo la población de ese insecto sin recurrir a pesticidas. Su eficacia se ha ensayado, no sólo en condiciones de laboratorio, sino también con la liberación masiva de 20.000 mosquitos macho (Aedes aegypti) en la isla de Gran Caimán, y los científicos presentan ahora las conclusiones del ensayo en la revista Nature biotechnology. Pese a los resultados esperanzadores para esta estrategia de lucha contra el dengue, han surgido críticas por los riesgos potenciales que pudiera tener para la salud y/o el medio ambiente que, en opinión de algunos expertos.
La estrategia de Alphey consiste en preparar en el laboratorio, mediante ingeniería genética, una estirpe de mosquitos que precisan tetraciclina para vivir. Al soltarlos, los machos compiten por las hembras en las poblaciones naturales y tienen crías, pero éstas, en ausencia de tetraciclina, mueren antes de alcanzar la madurez y no se reproducen.
El problema con los mosquitos, en parte, es que cuando se ha intentado, es que las dosis de radiación necesarias para esterilizar a los machos afectan negativamente a su capacidad de competir por las hembras, explican los científicos en Nature Biotechnology.
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