sábado, 12 de noviembre de 2011
Un bebé con espina bífida podrá andar tras ser operado en el útero
La pequeña Esther podía haber sufrido parálisis en las extremidades y graves daños neurológicos por culpa de la espina bífida. Un parche sintético lo ha evitado: incrustado en la espalda de la pequeña cuando aún era un feto de 24 semanas, sigue en el cuerpo del bebé cuando ya ha cumplido cuatro meses sin problemas de movilidad.'Y podrá andar' destacó el equipo médico del hospital Vall d'Hebron de Barcelona en la presentación de los resultados de la intervención, la primera de este tipo realizada en España. "Seguimos nerviosos pero de momento ganamos la batalla de la vida".Esther ilustra el salto adelante dado por la medicina española para minimizar las malformaciones derivadas de la espina bífida, deformación genética que afecta a uno de cada 1.000 bebés nacidos en España. La pequeña, que sigue sin presentar secuelas tras cumplir los cuatro meses, fue operada en el vientre de su madre tras serle detectada esta deformación. La intervención permite a Esther soñar con un futuro. El nivel neurológico del bebé sigue suendo bueno, se confia en que podrá andar y llevar una vida independiente, con poca o ninguna secuela neurológica ni de movilidad, La nueva técnica, ya aplicada dos veces por el mismo equipo médico en Italia pero ahora completada con éxito por primera vez en un hospital español, consiste en aislar la médula espinal del feto afectando lo menos posible el proceso de formación. Para ello, los médicos han desarrollado una especie de parche compuesto de colágeno y elastina que adhieren al feto sin practicarle ninguna incisión ni ligadura: se fija con un adhesivo y permite que el bebé prosiga su gestación sin exponer su sistema neuronal y nervioso a posibles deterioros.
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