La hepatitis C es una enfermedad de largo recorrido. Puede tardar años en manifestarse, y, cuando lo hace, puede generar cirrosis o cáncer hepático. Afecta a unos 170 millones de personas, y, a falta de una vacuna, su tratamiento es una combinación de fármacos con importantes efectos adversos, como la depresión. Además, estos deben tomarse durante un largo periodo (seis meses o más), sin que la curación esté asegurada al 100%. Por eso el descubrimiento de un nuevo receptor implicado en la entrada del virus en las células es siempre una importante noticia de cara a conseguir nuevos medicamentos.
Pero, en este caso, el hallazgo, que firma como primer autor Bruno Sainz, de la Universidad de Illinois de Chicago, y que publica Nature medicine tenía premio añadido. El receptor (proteína de la cubierta celular que hace de puerta de entrada del virus en la célula) que se ha identificado es el denominado Niemann-Pick de tipo C1, que se ha demostrado que es fundamental para la infección.
Y este receptor es ya un viejo conocido, porque está implicado en la patología del mismo nombre. La enfermedad de Niemann-Pick está causada por un defecto en el transporte intracelular de colesterol que produce un acúmulo de lípidos en los lisosomas de diferentes tejidos. Se considera una enfermedad rara por su baja incidencia.
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