Gracias a las imágenes conseguidas por el Telescopio Espacial Hubble, de la NASA, un equipo de astrofísicos de la Universidad de Warwick, en Reino Unido, ha descubierto cuatro estrellas enanas blancas, rodeadas de polvo que, según sus conclusiones, son los restos de planetas similares a la Tierra que fueron destruidos hace miles de millones de años.
Los investigadores, dirigidos por Boris Gänsicke, del Departamento de Física, utilizaron los datos enviados por el 'Hubble' para averiguar la composición de ese polvo estelar y lo que encontraron fue oxígeno, magnesio, hierro y silicio, cuatro elementos que componen el 93% de este planeta. Pero lo más llamativo, según explican en un comunicado de su universidad, es que se detectó una baja concentración de carbón, como ocurre en los planetas rocosos del Sistema Solar.
No es la única prueba de que estas estrellas tenían, al menos, un exoplaneta rocoso a su alrededor. Para averiguarlo, también es importante analizar sus atmosferas, en las que predominan el hidrógeno y el helio, lo que provoca que cualquier elemento más pesado sea arrastrado hacia su centro en unos días por la fuerza de la gravedad. Por ello, los astrónomos tienen que observar la fase final de la muerte de esos mundos, cuando su material llueve hacia dentro de la estrella rápidamente: hasta un kilo por segundo.
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